ONE PIECE REBIRTH/AFILIACIÓN ÉLITE

—Ah... ¿Cuánto tiempo ha pasado ya?... Desde tiempos inmemorables es que estoy vagando por este mundo, uno revuelto, uno que ya me tiene completamente asqueada... — Una voz serena, que no titubea en absoluto en sus palabras salían de una mujer completamente encapuchada. Una silueta se veía de forma tenue en la roca que adornaba aquella cueva y funcionaba como una pared. La fogata que se presentaba frente a aquel ente desconocido resonaba levemente, transmitiendo cierta paz con cada pequeño estallido que expulsaba una que otra chispa.

— Mucho no puedo contarte, Invitado... Para poder darte cuenta de toda la historia desde sus inicios tendríamos que estar por lo menos una década en este sitio. No hay tiempo ni posibilidades biológicas de que te quedes para ello. — Un leve carraspeo se notó, marcando así un poco de fuerza y a la vez cansancio con un ciclo completamente sin fin. — Lo que podría contarte es una parte, aquel inicio de todo, el como es que la historia se degenero tanto hasta el punto en que estamos viviendo este fragmento temporal, completamente arruinado por las potencias mundiales. — Tomando una rama que tenía a su diestra, comenzó a azotar las flamas para avivarlas.

— Para comenzar... Tengo que explicarte algo sobre mi. — Su lengua siseó con un deje completamente despectivo ante lo que iba a contar a continuación, algo que, había cambiado completamente su existencia de una forma completamente literal, una aberrante. — Podría decirse que el mismo demonio me la jugó, al punto en que soy la carcelera de la historia... Aunque me gusta decir que soy quien la custodia para evitar que se siga ocultando. Por eso mismo tampoco es que me interese meterme en los conflictos de esta época. Digamos que me gusta registrar todo lo posible. — Con un halo de misterio continuaba su conversación mientras su diestra continuaba agitando las flamas que se presentaban frente a unos penetrantes e imponente orbes azulados, aún más intensos que el color de aquel All Blue.

Sería mucho más fácil demostrarlo con acciones que explicar completamente todo lo que le afligía desde épocas completamente distantes, utópicas para la realidad en la que se vivía hoy en día, o mejor dicho, completamente diferente a una 'paz' que se trata de brindar, o al menos, se trata de demostrar para engañar al globo entero. Fue así, como aquella mujer completamente desconocida soltaría brevemente la rama para tomar una roca de las cientas que había en aquella cueva. Apretando levemente la diminuta formación rocosa un aura completamente grisácea comenzaba a manifestarse, degenerando a tal punto aquellos minerales hasta que sólo quedaría una especie de sal que se escurría de aquella extremidad. — Como ves... En verdad me la jugó. 300 años no son absolutamente nada. Así que, vamos a ponerle un poco de efecto a esto. —